Photobucket

martes, 21 de diciembre de 2010

All we are.

Nada surf de fondo y el sigue dándole caña a la aguja sobre el cuerpo de no se que tío regordete y peludo que le enseña la espalda como diciéndole 'acaba con este desastre. Está tan concentrado en el dibujo que ni si quiera le escucha cuando se queja, sólo sigue subrayándole la piel y limpiando la tinta sobrante de vez en cuando. Como la mayoría de los locos, que al no tener otra cosa que hacer van a incordiar a buenos artistas como Clay, sigue dando la lata y hablándole del piercing que se quiere hacer en la punta del rabo o de lo mucho que le ponen las tías con las tetas grandes. Menos mal que apenas le escucha entre la música y la máquina, porque si no estaría apunto de vomitarle sobre la espalda y perder el conocimiento de puro agotamiento psicológico.
-¿Clay?-grita para hacerse escuchar por encima de aquel ruido tan desastrosamente familiar.
Él levanta la cabeza y mira de reojo a la puerta que cae justo en frente. Se le dibuja media sonrisa y la invita a entrar con un leve movimiento. Ella rodea la camilla sin saludar al viejo y observa el dibujo.
-Es horrible..- dice en un susurro y el asiente con el ceño fruncido.
-Llevo cerca de una hora tatuando, tengo el brazo hecho polvo.
-A ver, déjame a mi.
La mira interrogante y ella le apura para que se levante de la silla, y ocupando su lugar se concentra en las líneas que quedan por marcar. El tío la mira con desconfianza, sus pintas no le dan ningún tipo de confianza, pero sabe que Clay es uno de los mejores tatuadores de toda la ciudad, asi que no tiene más remedio que fiarse de él. Apenas tardó media hora más en terminar y fue  medio corriendo hasta la trastienda, con todas las manos llenas de tinta de quien aún está aprendiendo y no tiene un manejo total sobre la máquina.
-¿Ya?
-Le está cobrando Jama.-dice lavándose las manos a conciencia y restregándoselas incluso un poco asqueada.- Ese tipo se ha hecho el tatuaje más cutre que haya visto nunca.
-Pero, ¿Tú te has parado a ver los tuyos?
-Oye, son geniales, no te pases.
-Si, sobretodo el que tienes en el muslo izquierdo, está para comérselo.
Ella sonríe y tirando de los shorts le enseña el tatuaje, un par de fresas rojísimas que te invitan a pasar un buen rato.
-Te encanta, ¿Verdad?
No contesta, pero es un sí como una casa. Que obvio.

1 mindstream:

Carla ronroneó

si una loca viene a reemplazar a mi tatuador, la mato :P

muy lindo el texto, me gustó mucho!