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sábado, 5 de junio de 2010

Sola no es lo mismo.

Me dejo caer en uno de los asientos grises del tren. Quedan otros tres, dos en frente, y uno a mi lado. El pasa a sentarse en uno de los que están al otro lado de la mesita que los separa en dos y dos. Me mira muy serio, tanto, que creo que me va a hacer llorar en cualquier momento, pero procuro no cambiar la expresión de mi cara, manteniéndole siempre la mirada.
Dejo el mp3, el móvil, las llaves de casa y el maquillaje sobre la mesa, intentando distraerme, aunque noto sus ojos siguiendo cada uno de mis movimientos y chasqueo la lengua nerviosa.
-Para de mirarme, ya.
No habla aún y me da la sensación de querer morirme. Ahora soy yo quien le mira, él observa a la gente que corre o se despide por el andén. Lleva una mochila entre las piernas, lo suficientemente grande como para llevar ropa para no más de un par de días, pero cuando le vi salir de casa, paracia que no fuese a volver a entrar nunca. Aprieto los labios intentando encontrar las palabras adecuadas, para decirle lo que siento, o lo que fueron para mí esas palabras. Todavía escuchaba en mi cabeza los golpes a las puertas, las patadas a la mesa, y su cara tan cerca de la mía, que no sabía si iba a pegarme o a besarme demasiado fuerte. Y yo tan altiva como siempre, sin esconder ni un gramo de mi orgullo, escupiéndole las palabras a la cara y soltándolas a traición, para que duelan.
Vuelvo a meter todo en el bolso, el lleva ropa para un par de días, pero yo me he venido con lo puesto. Me apoyo sobre la ventana, subiendo las piernas al asiento y abrazándomelas, miro de reojo a la gente, pero solo le veo a él, en frente mío, demasiado molesto como para si quiera llamarme guarra sin escrúpulos. ¡Y me mira! Sus ojos se clavan en los míos, tiene el ceño fruncido y aprieta tanto los dientes que los huesos de su mandíbula se intensifican, haciéndole parecer mayor y (des)preocupado. Ni si quiera me siento capaz de apartar la mirada, aunque es lo único que quiero hacer. Y cuando escucho su voz, se me hace un nudo en la garganta y mis labios tiemblan.
-Todavía me pregunto que haces aquí.
Pienso la respuesta unos segundos, y cojo aliento antes de hablar.
-Quería irme contigo.
-¿Para qué? ¿Para no caer en tentaciones?
Entreabro la boca y miro de nuevo la mesa. No contesto a eso.
-Bájate del tren antes de que se vaya, Gin. Bájate.
Niego con la cabeza, aunque no sé si me esta mirando, asi que digo un 'no' tan bajito, que igual lo ha confundido con un suspiro.
-¿No quieres ir conmigo?
El da un golpe en la mesa con la palma de la mano, y yo hundo más la cabeza entre mis piernas, tápandome las orejas con las manos.
-¿Me preguntas eso? ¿De verdad me lo estás preguntando? Como querer, hubiese querido que no te follaras a otros. Como querer, hubiese querido que me miraras como lo hacías antes, o que no huyeras de mi cuando te tocaba. Como querer, quisiera que notases como me pongo cuando me miras, o cuando me agarras de la mano y te vuelves tan pequeña a mi lado.
Levanto la cabeza, y me paso las manos por el pelo rubio, dejándolo caer sobre mi espalda. Cambia su expresión de repente, y se apoya en el respaldo del asiento mirandome extrañado.
-Te has teñido...
-Ahora soy rubia de verdad.
Suelta una sonrisa que le llena los ojos con una intensidad que me desmorona, y me inclino sobre la mesa, agarrando su mano, que todavía está crispada sobre ella. Entrelaza sus dedos con los míos, parece relajado.
-Estás muy guapa.
Sonrío estupidamente, con el color en las mejillas y un mechon rubio sobre la cara. Lo aparto con dos dedos, inclinándose tambien contra la mesa y enredando los dedos en mi pelo da un suave beso en mis labios. Un beso de amigos, de hermanos, de pareja. Y es apenas un roce que me hace levantarme y sentarme a su lado, acurrucarme en su pecho y agarrar su mano y llevarla hasta mi cabeza, dejandola caer sobre el tercio rapado, notando sus dedos hacerme cosquillas y su brazo rodear mi pierna pegándome más a él.
-Gracias por venir.
-Gracias a tí, por perdonarme, y dejarme hacer este viaje contigo.

6 mindstream:

Bittersweet Bali | Cora Caldentey Muriel ronroneó

El amor puede con (casi)todo... ya lo dicen :)

Un Beso!

Bittersweet Bali | Cora Caldentey Muriel ronroneó

Ha sido remingsGenial, casi estaba alli viendolo... :)
Por cierto me encantan las canciones que tienes puestas en el blog ^^

Un Beso!

Anónimo ronroneó

woow nenaa! ma alegra muchisimo qe le entres a la dieta ABC! recuerda ayer fue el primer diaa :DDD

un beso lindaa!♥♥

Unknown ronroneó

Gracias por venir y por todo, aunque a veces sea muy gilipollas,sabes que lo eres todo para él

nerear47 ronroneó

Buah me ha encantado...
Un besazo!

Unknown ronroneó

hola!!!!!!!!!!!!!!!...hey!!! qu linda entradaaaaaaaa!!....que bueno que todo este bien!