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miércoles, 23 de junio de 2010

No puedo decir que fuera un final feliz, pero mentiría si dijese que no lo es.

La bala atravesó su estómago espontaneamente. Como si nada. Siguió andando hacia mí y volvió a disparar, notando el retroceso de la pistola contra sus manos. Yo estaba boquiabierta, mirándole. Si quería matarse, ¿Por qué no se disparaba en la cabeza? No podía entenderlo. Yo daba pasos cortos hacia atrás, no se si por el miedo, la impotencia o simplemente, por hacer algo. Aquel hombre parecía estar hecho de cartón. No conseguía imaginar por qué lo hacía de forma tan brutal.
Cuando cayó de rodillas frente a mí, con la boca llena de sangre y la respiración entrecortada, me acuclillé, y le agarre la cara con las manos. Sus ojos empezaban a irse, no podía controlarlos. Le zarandeé un poco, y volvió su mirada hacia mí.
-¿Por qué a mí?
Intento reirse pero la tos se le pego a la garganta y noté como toda mi camiseta se teñía de gotitas de sangre. Tomó aliento y contestó sin apenas pensarselo.
-Porque...lle..llevo toda la vida...enamorado de t...
Y su cuerpo cayó inerte sobre mi pecho. No sé si ya estaba muerto en ese momento, o si agonizó durante un rato, pero noté la sangre huir de mi rostro para quedarse en mi estómago, o en mi corazón, bien pegadita a él, que parecía necesitarla más que yo.
Él almacén estaba tremendamente oscuro. Lo eché hacia un lado, quitandome ese peso muerto -además muerto de veras- de encima, y me levanté con las manos temblorosas y manchadas. Me encaminé hasta la salida, y cerré la puerta detrás de mi.
-¿Hola, 112? Un hombre se ha suicidado en un almacén. Sí, Avenida Juan Pereda Pila. Sin numero. Sí. Gracías.- Estaba apunto de colgar cuando me acerqué de nuevo el móvil a la oreja.- Dense prisa por favor, no se si aún vive.
Y corté la linea, me monté en el coche. Y no volví a saber nada de él jamás. Los muertos están muertos. Y siempre se olvidan.

1 mindstream:

Rododo ronroneó

un gustazo como siempre :D